Las encuestas daban al morado Luis Alberto como ganador, Dio nunca pasó del 30% de preferencia electoral.
¿Quién, entonces, volteó la tortilla modada?
Comenzando hay que proceder a entender quien es Luis Alberto, que representaba para muchos sectores del empresariado y del mundo político, la llegada del heredero de Juancito.
Los autodenominados como dizque movimiento «Juancito Vive» poseen una estructura y procederes electorales que se mofan en contestar de que ellos, son la herencia de lo que según sus opiniones, habría sido el mejor gobierno municipal.
Los tiempos de Juancito se caracterizaron por el abandono de los servicios públicos, la arrabalización de la sociedad y el secuestro de las áreas verdes.
Esta forma de gobernar, alejada de los intereses del pueblo pero mediÁticamente muy bien vendida, provocó fracturas en el mundo empresarial en el cual también se movían y mucho desdén.
Reconocerse heredero de aquella forma de gobernar y a sabiendas por los que observan más allá de las insípidas marchas y las manchas de los postes con caras, que si Luis Alberto subía, con él, llegarían intereses específicos que dejarían desprotegidos y sin ganas de accionar a otros sectores empresariales.
Por ejemplo, se sabe que Luis Alberto en el negocio de las bancas de apuestas no es lo manso que parece ser en entrevistas o en fotos, por lo que parte de ese segmento, incluso, los que dijeron le daban el apoyo, posiblemente percibieron el peligro de su poder, en caso de ser alcalde.
El otro tema a tomar en cuenta es la forma avasallante con que ese equipo despojó la posibilidad de la presidencia del partido a Alfredo Martínez y en la 2, a Cabrera, que si bien podrían no haber actuado a favor de que no pasara el candidato posiblemente, para ser suave, no tomaran tan en serio su candidatura ni el gasto a hacer para lograr el objetivo.
Amen del abuso a la mal llamada democracia que constituye el proceso electoral, lleno de delitos, la realidad es que el pueblo prefería a Luis Alberto y desprecia a Dio, pero no lo suficiente como para ir a votar por el primero o en contra del segundo, saliendo ganador este último.
La apatía del pueblo en las elecciones por la falta de liderazgo de los candidatos, hizo que quien tuviera más dinero para ir a buscar gente para votar, ganaba, en un escenario que incluso se pagó para el que queria votar con tal de que no lo hiciera, para favorecer al candidato del gobierno.
Es claro que el propio PLD no estaba cohesionado alrededor de Luis Alberto y posiblemente, se conspiró en contra.
Habría que ver si el propio PLD sobrevive luego de este descalabro pues van dos veces que Luis Alberto no se puede imponer y ahora, en realidad, tenia mucho más chance que contra Manuel, pero esperó para hacer oposición a que el fraude del 1ro de octubre sacara al alcalde de competencia.
La política se hace todos los días.
Ahora, la Fuerza del Pueblo puede comenzar a sacar la cabeza después de sacudirse sus pocos puntos que nunca sabremos si fue a «pota» que lo prefirieron, antes de ser el hermanito menor del morado, si este habria sido favorecido con la fuerza leonelista, del trono.